Ser yucateco grandioso, pues, desde que vas creciendo, te acompañan historias, mitos, leyendas, musica, lugares comida, etcétera, del lugar que cuando uno va creciendo, identificarse con toda esta cultura resulta muy muy grato. Entonces, hablemos un poco sobre nuestra cultura.
La gastronomía yucateca, también conocida como cocina maya, es un viaje culinario a través de la historia, cultura y tradiciones del pueblo maya. Es una cocina vibrante y colorida que se caracteriza por sus sabores únicos, ingredientes frescos y técnicas de cocina ancestrales.
Las raíces de la gastronomía yucateca se remontan a la época prehispánica, cuando los mayas cultivaban una gran variedad de productos agrícolas como maíz, frijol, calabaza y chile. Estos ingredientes, junto con la carne de animales silvestres y de caza, formaron la base de su dieta. La cocina maya evolucionó con el tiempo, incorporando influencias de otras culturas como la española y la francesa, dando lugar a la rica y diversa cocina que conocemos hoy en día.
Asimismo nuestro municipio es la ciudad de Ticul, es decir, somos una comisaría de Ticul, y podría decirse que estamos en un valle, donde estamos rodeados de algunas serranías. Debido a nuestra ubicación la mayoría de las personas se dedidan al trabajo de la agricultura, y las frutas que más se cosechan aquí son la naranja dulce o " china " como le dicen aquí, toronja, aguacate, mandarina y limón.
La gastronomía yucateca ofrece una amplia variedad de platillos emblemáticos que te conquistarán con su sabor y tradición. Algunos de los más destacados son:
Un ícono de la cocina yucateca. Carne de cerdo marinada en achiote y cocida lentamente en un horno de tierra, obteniendo un sabor ahumado y una textura suave que se deshace en la boca
Un platillo sustancioso y lleno de sabor. Carne de cerdo marinada en naranja agria y achiote, asada a la parrilla o frita, acompañada de cebolla morada y tortillas.
Una explosión de sabores en cada bocado. Tortillas rellenas de huevo cocido, chaya y salsa de pepita de calabaza, bañadas en una salsa verde cremosa.
Un clásico yucateco para compartir. Tortillas de maíz fritas rellenas de frijoles negros, carne de pollo o cochinita pibil, servidas con cebolla morada, tomate, aguacate y una salsa picante.
El clásico traje ha pasado a la historia entre la mayoría de los mestizos, refugiándose en una mínima parte de ellos. Algunos, que todavía conservan sus tradiciones, se visten aún de mestizos, especialmente en sus bailes y saraos, pero la mayor parte usa hoy, en vez de la camisa larga blanca, la guayabera: una chamarra de origen cubano
Consiste hoy el traje clásico de los mestizos varones en una camisa larga de tela blanca, finamente planchada. Un pantalón de dril o lienzo fuerte blanco, almidonado y planchado que termina en ancha boca de campana. Sandalia (alpargata) de lujo de buena piel, sujeta al tobillo con correas pespunteadas y charoladas y suela gruesa de dos o tres capas de cuero.
Usan sombrero de paja tipo jipijapa o panamá, fabricado en el Estado; la pechera de flamante camisa
va sujeta con botones de oro,
pendientes de una cadenilla del mismo metal que los une a todos por dentro de la camisa. Este es el
traje de lujo de los mestizos.
Fuente: Gobierno de Yucatán:
Traje Típico
El traje de la mestiza consiste en un huipil de batista de lino, de fino algodón de seda: jubón cuadrilongo que cae volante, con dos aberturas laterales que por el ancho de la prenda simulan unas mangas cortas, quedando los brazos desnudos; un amplio escote cuadrado descubre la parte de pecho, dejando desnudo el cuello. Este escote, en sus orillas, lo mismo que los bordes de la camisa, va orlado de cenefas bordadas de vivos colores, en variadísimas labores, desde el bordado de punto de cruz (xokbil-chuy) y el de seda estilo inglés, hasta el de pinturas y miniaturas al óleo. En otros, el cuello es postizo, con flores estampadas y con encajes de Holanda y Chantilly. Les llega hasta media pierna y su borde inferior cae con gracia. El fustán, que se ciñe al talle y que sobresale bajo el huipil, tiene los mismos adornos y cenefas que éste y con él hacen juego, contemplándose ambos adornos uno debajo del otro.
Se adornan el cuello con largos y lujosos rosarios de filigrana de oro y gruesas cuentas de coral,
labrados por artífices del país, colgando en ellos moneditas y doblones de oro de gran valor,
denominados escudos y unas pesadas cruces de filigrana, primorosamente labradas, en el extremo de
los largos rosarios, que les llegan al vientre. Al mismo tiempo se ponen collares y cadenas de oro
de dos
vueltas. Se recogen el cabello en un gracioso peinado que llaman t’uch, hacia atrás, en forma de
martillo,
atado en medio con un lazo de listón, y el pelo de delante echado atrás sin vereda.
Algunas se dejan un copete con graciosos rizos. Usan grandes y largos aretes de filigrana de oro
con piedras de colores, que hacen juego con el rosario..
Fuente: Gobierno de Yucatán:
Traje Típico